- 18... ¿Podrías explicarme que tiene este número de especial?
-Tampoco lo se muy bien -respondió ella-. Te podría contar muchas cosas sobre él. Por ejemplo, te podría decir que el 18 de Junio de 1815, Napoleón Bonaparte tuvo que renunciar al trono por segunda vez al ser derrotadas sus tropas en la batalla de Waterloo. O que el 18 de Enero de 1919, inició la Conferencia de la Paz de París, tras la primera guerra mundial. También, el 18 de Diciembre de 1940, Hitler mandó a sus generales que prepararan la invasión a Rusia. Luego, el 18 de Abril de 1942, los portaaviones americanos realizaron el ataque de Doolittle sobre Tokio, como respuesta tras el bombardeo a Pearl Harbor. Y...
- ¡¡¡BASTA!!! -chilló él, desesperado al oír tanta información-. ¿Qué me estas contando? Eso no me sirve para nada. Yo simplemente... quería saber... lo...
El chico despertó con el sonido de la alarma, y miró por la oscuridad de su cuarto, buscando a la chica que había aparecido en sus sueños, pero no estaba. Así que se dispuso a seguir la misma rutina de todas las mañanas. Pero algo era nuevo, acababa de cumplir la mayoría de edad, así que ese día, era un tanto especial.
Al volver del instituto, estaba muy contento. Cenó muy deprisa y se fue enseguida a dormir, con la esperanza de que sucediera.
El chico vago por oscuros pasillos, escuchando chillidos que procedían de bocas dibujadas en el aire. De repente, al final del pasillo, apareció una silueta, mirándole fijamente con unos ojos rojos.
Al ver que se acercaba, se dio media vuelta y empezó a correr. De pronto, de la nada, surgió una puerta, sin pensarlo, se metió dentro, con la esperanza de dar esquinazo a aquel monstruo. Cuándo se giró, la vio a ella, igual que en la noche anterior.
- Hola de nuevo, ¿cómo est...?
- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! -le cortó él de repente-. Muchísimas gracias.
- ¿Y eso? ¿Por qué? - dijo ella extrañada.
- Primero, antes que nada, dártelas por haber hecho aparecer la puerta, aunque esto sea un sueño, ese tipo de ahí fuera daba mucho miedo. Y después, te las doy por haberme dicho ayer todas esas fechas.
- ¿Y eso? Ayer no parecía que te gustara tanto.
- Es que veras, hoy en clase, la profesora de historia nos ha hecho una serie de preguntas, ¡y cuatro de las cinco son las que me dijiste! Y también, que... ¡por fin!, una chica de clase que me gusta, ha hablado conmigo, y me ha dicho que algún día podríamos quedar.
- Bueno, después de todo, me alegro de que te gustara lo que te dije.
- Esto... -dijo él entrecortadamente- respecto a lo del dieciocho, ¿me puedes decir por qué...?
- Pues mira, el dieciocho es el número atómico del argón; también es el único número aparte del cero que es igual a dos veces la suma de sus dígitos decimales; en la mitología china, el infierno tiene dieciocho niveles; en un campo de golf, es el número que hay de hoyos; en... los...
Despertó, algo decepcionado por no haberle podido preguntar lo que quería, pero ya sabía, que si aquella extraña mujer le había dicho todo eso, sería por qué de algo le iba a servir.
De nuevo, como el día anterior, llegó a casa contento, pero por más razones. Una razón era que era viernes; otra, que de nuevo le habían valido las respuestas que le dijo la mujer; y por último, que la chica le había propuesto de quedar al día siguiente para ver una película e ir a tomar algo.
Se fue a la cama, y cerró los ojos impaciente, deseando dormirse. De nuevo, apareció en un oscuro pasillo, pero esta vez, no habían otra salidas, solo podía ir hacia delante. Caminaba sin parar, tocando las paredes por si encontraba una puerta oculta, hasta que, de pronto, aparecieron unas llamas, y entre ellas, un hombre, gritando de satisfacción. El chico se giró para correr, pero se dio contra una pared, no había avanzado nada, los pasos dados eran una ilusión. La silueta empezó a caminar hacía él, sin dejar de reírse. Él cerró los ojos, como sabiendo que de pronto aparecería una puerta que lo sacaría de allí, pero ninguna puerta apareció. El monstruo se estaba acercando más que la otra noche. Cuándo los abrió, vio que solo los distanciaban unos tres metros. Palpó la pared que tenía a sus espaldas, y logró tocar algo redondo. El chico giró el pomo de la puerta y entró.
- Hola -le dijo una cara sonriente-.
El chico no pudo articular ninguna palabra, estaba blanco, y con la mirada fija en ninguna parte.
- ¿Te pasa algo?
Finalmente, reaccionó.
- Pues veras, cada vez que vengo aquí, aparezco en un sitio oscuro. Y hay un hombre que viene hacia mi, como si quisiera hacerme daño.
- No tienes por qué preocuparte. Después de todo, esto es un sueño, ¿no?
- Si, supongo. ¡Ah!, otra vez, gracias. De nuevo me sirvió lo que dijiste. Y lo mejor, es que he sorprendido aún más a la chica, y me ha dado un beso en el recreo.
- No hay de qué. Disfrutala mientras puedas.
- ¿A qué te refieres?
- Me refiero a que solo queda un día para que sea dieciocho de octubre.
- Si, eso ya lo se, ¿y qué?
- Pues que... vas a morir.
El chico, al levantarse sobresaltado, se calló de la cama. No daba crédito a lo que acababa de escuchar. La mujer que tanto le había ayudado, que tantas cosas le había predicho, le había dicho que iba a morir. Intentó tranquilizarse, solo era un sueño, no le iba a pasar nada malo. Todo estaba en su imaginación.
La tarde con la chica le fue estupenda, a veces estaba algo ausente, debido a la predicción, pero quitando eso, fue una maravilla rozar sus labios con los suyos.
Al llegar la noche, tomó varias precauciones para no quedarse dormido. No quería pasar por todo lo pasado las noches anteriores. No quería que nada estropeara aquel momento guardado en su memoria.
El domingo transcurrió sin muchas novedades. No puedo quedar con su chica debido a que esta tenía que irse al pueblo, así que dedicó la mayoría del día a jugar al ordenador. Pero llegada la noche, no tuvo mas remedio que ir a la cama, y cerrar los ojos, y esperar a que no pasara nada.
Esta vez, apareció en un escenario mucho más alegre que en los últimos días. Estaba en u bosque, con cientos de animales a su alrededor. Hasta que, una voz empujada por el viento, le susurraba al oído:
- ¡Vas a moriiiiiiir!
De pronto, todo se volvió oscuro y negro, y a su lado vio una sombra, esa sombra que tanto lo había atormentado durante las últimas noches. Sintió que algo lo agarraba del cuello y le giraba la cara, para encontrarse cara a cara al hombre de sus pesadillas. Este le sonrió, y tras decirle una vez más la frase, desapareció, con todo su “mundo”.
Se levantó, aún eran las cinco de la mañana, pero no quería volver a dormirse, no después de lo que había pasado. Era lunes, y tocaba volver al instituto, y eso era bueno, ya que vería de nuevo a su novia. Pero tampoco descuidó el mensaje que le habían dado, tenía que andarse con mucho ojo, por si acaso.
Llegaron el final de las clases, y no paso nada extraño. Salieron juntos, así que decidió acompañarla hasta su casa, ya que no quería estar en otro lugar que no fuera con ella.
Al despedirse, el chico vio algo extraño por la calle. Pudo ver una silueta parecida a la de sus sueños. Acto seguido, corrió en ninguna dirección, asustado. De vez en cuando, volvía la vista atrás, en busca de su perseguidor. Se escuchó un fuerte pitido. Y todo se volvió oscuro para él.
-¡Hola! -le saludó ella con su sonrisa.
- ¡Tú! ¡Tú me has hecho esto! Yo... yo no había hecho nada malo. Simplemente quería saber el por qué de que los dieciocho años se consideren tan importantes. Y de repente, mis sueños fueron ocupados por una silueta tenebrosa y por ti. ¿Qué ha pasado? Quiero una explicación.
- Veras, ese número es como cualquiera, su significado solo es representativo. Pero tu buscabas una respuesta que resolviera tus dudas, y por cada aparición que hacíamos, debías de pagar con un poco de tu vida.
- ¿Ahí el por qué de la silueta? -dijo, mucho más calmado.
- Exacto. Y también te diré otra cosa. Lo único que importaba, era que tenías que vivir tu vida sin miedo, disfrutando al máximo, sin temor de lo que podría pasar. Pero tu te empeñabas en buscar respuestas a tonterías. Esa silueta que viste, no era nada, pero tuviste que salir corriendo, y por tu miedo, te atropelló un coche. Pero bueno, ya no puedes hacer nada, estarás encerrado aquí para siempre.
"Disfruta al máximo de lo que tienes ahora, por qué no sabes cuándo las cosas van a cambiar"
.Side.
Ö Abel, me dejas sin palabras. No me esperaba que fueras a progresar tanto en tan poco tiempo, está claro que has dado rienda suelta a tu imaginación, eh? Este es mucho más imaginativo que el anterior, aunque está claro que lo has escrito tú porque eres el único que diría que una chica cuando no puede quedar, se va al pueblo xDD Muy característico de ti. Me ha gustado mucho ^^ Espero el próximo!
ResponderEliminarNo esta mal :D pero déjame adivinar el final.. ¿Lo atropellan? Tiene toda la pinta. xDDDD
ResponderEliminarSiguiendo tu ejemplo también e hecho un "relatillo" que si quieres, te lo paso y echas un vistacillo. ^^
Ale loko un saludo.