Es impresionante el poder que tenemos las personas de aguantar el sufrimiento, de salir adelante tras un acontecimiento que prácticamente nos derrumbó. Sufrimos, sufrimos y volvemos a sufrir, pero aún así no nos olvidamos de sonreír.
A cada uno de nosotros nos mueven unos sueños, unas esperanzas, unas ganas de cumplir aquellos que más deseamos, que más anhelamos. ¿Serán estas las fuerzas que nos alimentan cada mañana al despertar y nos dan la suficiente fuerza para seguir caminando?
Algo o alguien nos motiva, para alejarnos de todo aquello que es dañino, reemplazando la tristeza por vitalidad.
Pero algún día dejaremos de creer en todo aquello que nos mantenía soportando lo malo. Y cuando eso suceda, me pregunto: ¿De donde sacaremos las fuerzas para seguir sonriendo?
Este texto lo escribió Larisa, una chica muy agradable que conocí en 2º de la ESO (¡¡¡hace ya 6 años!!!). Y la verdad es que al leerlo, he sentido la necesidad de tenerlo lo más a mano posible, ya que se nota que está escrito con el corazón. A quién le pueda interesar, puede encontrar más de ella aquí: http://lary.over-blog.es/
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