Como me encantaba mirarte... Quizás no lo sepas. Quizás sí. Me podía pasar horas haciéndolo. Mis ojos desarrollaban una habilidad especial para poder verte en la oscuridad. Me quedaba despierto durante horas como un niño pequeño observando todo. Mis dedos aún recuerdan el tacto de tu piel, cada curva de tu cuerpo, hasta el más mínimo detalle. Tus ojos... todavía puedo verlos con total claridad cuando cierro los míos.
A la desesperada, he vuelto a nuestro lugar, allí donde todo empezó, pero... hoy solo veo sombras de todo lo que fue. Aquella felicidad que me dabas con una simple sonrisa, hoy es polvo. Tal vez el pasado me esté intentando decir algo, alomejor fue la única vez que he sido feliz y lo eché a perder...
Ahora, alzo la vista al cielo, y miro a las estrellas, y me pregunto si las estarás viendo también en este mismo momento, aunque estés a miles de kilómetros de mí, es un pequeño punto de conexión que me hace saber que sigues ahí.

